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Vihucas&+Blog

ESPORAS DE LUZ

Desde lo más profundo de las tinieblas del tiempo, una explosión de luz cabalga por el espacio: frenética y eterna lucha entre la luz y la oscuridad.

Un jinete cabalga a lomos del indomable caballo del tiempo; en sus manos, férreamente, aprieta una espora de luz. Luz que corre vertiginosa huyendo del negro absoluto de la nada, del no color, de la no forma. Llega hasta las manos del Demiurgo y abre camino en la profundidad del sueño, en la profundidad de la misma confusión entre luz y sombra.

¡Duendes de la noche, dejad que mis manos abran el camino! ¡Que la luz sucumba a las tinieblas, que la luz juegue con las sombras y las sombras acaricien a la luz y la luz y la sombra, como un demiurgo, creen las formas!

Lo visible, lo concreto, lo existente: la magia de la vida.

Dejad que mis manos acaricien las esferas doradas, voluptuosas, para que los hombres y las mujeres se embriaguen con sus sueños de luz…

Por Manuel Mochales y Susana Oviedo.
Fotografía de José Luís Forés.